miércoles, 24 de agosto de 2016

Su posición frente a las grandes potencias europeas

 Los peores problemas empezaron con Francia: la política exterior francesa había permanecido en un perfil bajo por dos décadas, hasta que el rey Luis Felipe intentó recuperar para Francia su papel de gran potencia, obligando a varios países débiles a hacerle concesiones comerciales y, cuando era posible, reducirlos a protectorados o colonias. Desde 1830, Francia buscaba aumentar su influencia en América Latina y, especialmente, lograr la expansión de su comercio exterior.
Al ver que la argentina no estaba organizada constitucionalmente, pensaron que podían, al menos, obligarla a concesiones comerciales. En noviembre de 1837 el vicecónsul francés se presentó al ministro de relaciones exteriores, Felipe Arana exigiéndole la liberación de dos presos de nacionalidad francesa. También reclamaba un acuerdo similar al que tenía la Confederacion Argentina con Inglaterra y la excepción del servicio militar para sus ciudadanos (que en ese momento eran dos).
Arana rechazó las exigencias. Por su parte, Rosas no se oponía a reconocer a los residentes franceses en el Río de la plata el derecho a un trato similar al que se daba a los ingleses, pero había encarcelado a varios franceses acusados de espionaje. Se produce entonces un conflicto diplomático y las naves francesas, que estaban estacionadas en el Río de la Plata, a fines de marzo de 1838 bloquearon el puerto de Buenos Aires y todo el litoral del río perteneciente a la República Argentina. El bloqueo se mantuvo por dos años generando una obligada política proteccionista, más allá de la Ley de Aduana. Esto produjo ciertas grietas en el bloque de poder, ya que el bloqueo se extendió a las provincias litorales para debilitar la alianza de Rosas con ellas, ofreciendo  levantar el bloqueo contra cada provincia que rompiera con él.
Esto afectó mucho la economía de la provincia de Buenos Aires al cerrar las posibilidades de exportar. Eso dejó muy descontentos a los ganaderos y a los comerciantes, muchos de los cuales se pasaron silenciosamente a la oposición.
En octubre de 1840, finalmente, por el tratado Mackau - Arana, Francia pone fin al bloqueo. El gobierno de Buenos Aires se comprometió a indemnizar a los ciudadanos franceses, les otorgó los mismos derechos que a los ingleses y decretó una amnistía.
Concluido el conflicto con Francia, Rosas prohibió la navegación por los ríos interiores a fin de reforzar la Aduana de Buenos Aires, único punto por el que se comerciaba con el exterior. Bloqueó el puerto de Montevideo y ayudó a Oribe a invadir el Uruguay y a sitiar la capital en 1843.
Durante largo tiempo, Inglaterra había reclamado la libre navegación por los ríos Paraná y Uruguay para poder vender sus productos. En cierta medida, esto hubiera provocado la destrucción de la pequeña producción local, pero la única provincia beneficiada por esa política fue la de Buenos Aires, ya que se prohibía comerciar por los puertos fluviales.
Debido a esta disputa, el 18 de septiembre de 1845 las flotas inglesas y francesas bloquearon el puerto de Buenos Aires e impidieron que la flota porteña apoyara a Oribe en Montevideo. Uno de los objetivos políticos fundamentales del bloqueo era impedir que la Banda Oriental cayera en poder de Rosas y quedara plenamente bajo soberanía argentina. Las potencias extranjeras lograron vencer la fuerte defensa que hicieron las tropas de Rosas, dirigidas por su cuñado Lucio Norberto Mansilla en la batalla de Vuelta de Obligado, pero meses más tarde fueron derrotados en la batalla de Quebracho. Esas batallas hicieron demasiado costoso el triunfo, por lo que no se volvió a intentar semejante aventura.
Eso significaba un trato de igual a igual, y un reconocimiento de la confederación argentina como un estado soberano.

 Su labor de estadista y diplomático fue llamada genial por sus enemigos extranjeros… (…) Aunque resistir una agresión de la escuadra anglo-francesa parecía una locura, Rosas lo hizo. No pretendía con su fuerza diminuta imponerse a la fuerza grande, sino presentar una resistencia. Artilló la Vuelta de Obligado, y allí les dio a los anglo-franceses una lección de coraje criollo el 20 de noviembre de 1845. No ganó, ni pretendió ganar, ni le era posible. Simplemente dio al mundo la lección de cómo los pequeños pueden vencer a los grandes, siempre que consigan eliminar los elementos internos extranjerizantes y atinen a manejar con habilidad y coraje sus posibilidades.

21 comentarios:

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  2. Udbasbskebjakwlndmzbbdknznkznskbssvbsbsksn

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  3. Habla de todo menos de la posición de Rosas frente las grandes potencias europeas. Gracias por nada amigo

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